¿Qué es?
El líquido céfalo-raquídeo (LCR) puede escaparse a través de una o ambas fosas nasales, a través del oído o incluso a través de una cicatriz. El peligro de una fístula de LCR es que existe una comunicación entre las estructuras del Sistema Nervioso Central y el mundo exterior, con el consiguiente riesgo de infección de las mismas.
La causa de las fístulas puede ser espontánea, congénita, traumática o puede aparecer como complicación de una intervención quirúrgica previa. El diagnóstico se realiza analizando en el laboratorio el LCR que el paciente recoge en un recipiente estéril que le entregará su médico aunque también puede ser necesario practicar pruebas de imagen para establecer el origen exacto de la salida del LCR (Scanner de alta resolución principalmente y a veces Resonancia).
Algunas de estas fístulas se cierran sin necesidad de intervenir quirúrgicamente mientras que otras precisan de un abordaje quirúrgico para sellarlas.